domingo, 28 de marzo de 2010

Del pueblo al mundo

Se define como reportero, o más bien como «cazador de historias». Después de 18 años en Artajona (Navarra) pensó que quería «arreglar el mundo y todo eso» y que para conseguirlo tenía que irse a América Latina. El periodismo no era su objetivo, pero como quería escribir y hablar con la gente, era lo que más se acercaba.

Y así se fue David Beriain a un pueblecito argentino, Santiago del Estero, a trabajar en un periódico que estaba todo en un sólo pasillo. Al llegar le dijeron: «A las 9.00 hay una reunión; si a las 9.45 sigues aquí, te echo». Era periodismo del de antes. En santiago aprendió a llevar una historia de principio a fin. Dice el reportero que la importancia no estaba en contar algo, porque la gente ofrecía historias de sobra, sino en cómo hacerlo.

En La Voz de Galicia era distinto. Al enseñarle la redacción, Beriain preguntó: ¿y dónde está la vida? Para él fue el paso del «esto es bueno» al «esto nos ha quedado bien». Y es que en Sudamérica la gente lee el periódico para comprobar si tiene un país en el que levantarse; aquí nos podemos permitir centrar la información en Belén Esteban. «Parece que en España la gente no lee para informarse, sino para masturbarse», dice el navarro (pero no por la Esteban).

Un día duro para Beriain fue cuando, tras publicar un reportaje sobre la situación en Afganistán, un amigo le dijo: «Genial lo de Afganistán. Oye, ¿y cómo es aquello?» Sintió que había fracasado en su objetivo periodístico. Dice que el problema es que se va del qué al por qué, sin pasar por el cómo.

ADN publicó en 2008 -en noviembre del año pasado lo hizo la cadena Cuatro- su entrevista con las FARC, para cuya concesión tuvo que pasar tres meses en Colombia. La técnica del reportero es la proximidad y el compromiso, sin juicios a sus interlocutores. En abril será un reportaje sobre niños sicarios en Colombia. Y para terminar su visita a ABC, nos dejó «unos minuticos» de las entrevistas con los guerrilleros.



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