martes, 19 de enero de 2010

El descontrol en Haití impide la salida de la ayuda del aeropuerto


Se cumple el séptimo día desde que Haití temblara y sembrara sus calles de muerte y desolación. Desde entonces estados, organizaciones internacionales, ayuntamientos y hasta asociaciones de hinchas se han afanado en enviar su grande o pequeño granito de arena para satisfacer un sentimiento de tristeza ante catástrofes que quedan muy lejos. Y la ayuda llega a las puertas de la escombrera que es Haití, pero gracias a la falta de coordinación de las instituciones, los supervivientes se las ven y desean para obtener un plato de comida o una botella de agua.

Los precios no han variado con el temblor, por medio dólar se puede conseguir una lata de refresco o pasta de maíz. Pero ahora el abastecimiento de productos está controlado por mafias. Antonio Maitines hace cola para llenar dos cubos del agua que emanan los restos de una tubería en un patio donde la simple respiración no resulta agradable. Por ellos pagará cincuenta centavos.

La escasez de combustible se une a la inexistencia de control civil en la lista de obstáculos de la distribución de ayuda. La ONU advierte de que el precio por litro de gasolina ha ascendido hasta los 2,63 dólares, por lo que prefiere transportarla desde la vecina República Dominicana.

La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, ya reconoció ayer estos problemas. Lo hizo en el consejo de responsables europeos de Desarrollo, que coordina la ayuda. Dijo también que la Unión Europea y Haití son “socios en esto”; será con el permiso de Estados Unidos, que ha enviado 10.000 soldados y ya controlan el aeropuerto. Por si acaso, un contingente de la Fuerza de Gendarmería Europea ayudará a la distribución y velará por que no se instaure el protectorado estadounidense que teme Francia. Para Ashton la prioridad es asegurar la llegada de material desde el aeropuerto a Puerto Príncipe.

Por el momento, con la policía y la Administración haitianas de baja por defunción y 3.000 presos de la mayor cárcel del país huidos, la población vuelve a hacerse con pistolas y las utilizan para autoabastecerse. «Nuestro Gobierno ha hecho un gran esfuerzo pior desarmar a las pandillas en los últimos años, pero la población está volviendo a hacerse con armas», dice el jefe de seguridad del palacio presidencial. Los saqueos son un problema y los tiros algo habitual en las calles PuertoPríncipesas, como los que los periodistas instalados en las afueras del hotel Ville Créole podían escuchar ayer a las nueve de la noche.

Hasta ayer la Embajada española tenía constancia de 111 españoles en el país, de los que ha localizado a 99 y ha confirmado la muerte del matrimonio de Torrejón de Ardoz, a falta de confirmar la de Pilar Juárez y Rosa Crespo. La mayor parte de la colonia española pertenece a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y al equipo de cooperantes. Muchos de ellos han decidido quedarse en Haití para ayudar.

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